Encuentro belleza en un proceso aparentemente inacabado, en las líneas que se esfuman sin decir a dónde van. Tengo curiosidad por lo material y lo invisible, lo que otros hacen y cómo lo hacen, otros lugares y otras vivencias, el universo exterior y el propio.
Rebeca Orts Jover, Alicante 1981.
Entre sueño y sueño, dibujar fue siempre una constante, que fluyó, de manera natural, hacia el mundo del tatuaje. Esta profesión ha sido el hilo de su viaje.
Empieza acudiendo a ferias para observar a sus referentes, los que veía en las revistas a finales de los 90. Más adelante se forma en seminarios específicos, y viajando como invitada a estudios internacionales.
Tras muchos años dedicada por completo a tatuar, surge la necesidad de volver a otras disciplinas: alfarería, pintura, grabado, acuarela… En esta búsqueda, es dibujando del natural donde comienza a liberarse de la precisión de las agujas, en un ejercicio de abandonar el control por el resultado.
Durante el confinamiento, la pintura le da calma, y como alumna se revela lo aprendido, pese al tiempo sin pinceles… El tatuaje llega a acapararlo todo.
En los últimos años llegan propuestas como ilustrar o pintar murales, en ocasiones unidas a la acción social, y poco a poco va buscando la manera de combinar ambos mundos, sin que uno engulla al otro, ni a ella misma.
Este espacio es una muestra del trabajo que va desarrollando con cada medio. Pasear por aquí es pasear por su casa o su cabeza.
¡Bienvenidas!